Muchas veces no somos conscientes de lo importante que es la piel de nuestro rostro, ya que nos protege y por ella eliminamos toxinas a través del sudor.

Queremos que nuestros clientes sean conscientes de que el aspecto de nuestra piel es nuestra carta de presentación y muchas veces no le damos la importancia que se merece.

Hay que saber diagnosticar la necesidad que tiene cada piel.

Hay varios tipos de piel:

• Normal. La piel se ve normal con el tipo de poro normal y su frecuencia de producción sebácea es normal (piel sin brillo).
• Grasa. El poro está dilatado con aspecto de poro abierto, una piel visiblemente sucia con puntos negros, granos y toxicidad.
• Seca. Es una piel con falta de hidratación y por ello hay que darle la máxima importancia. Se siente tirante, puede presentar descamación y enrojecimiento, se ve apagada y sin vida y carece de elasticidad, grosor y firmeza.
• Con rosácea o cuperosis. Es una piel muy sensible con tendencia a las rojeces, sobre todo ante los cambios bruscos de temperatura, la exposición al sol, la ingesta de bebidas alcoholicas y los baños calientes.

En Láser Coslada lo primero que hacemos es observar tu piel para ver qué necesita y ponerle los productos adecuados según sus necesidades.

Los pasos a seguir en nuestro centro son:

1. Desmaquillar y limpiar (doble limpieza).
2. Exfoliante o peeling enzimático
3. Vapor
4. Extracción
5. Peeling ultrasónico
6. Mascarilla
7. Tónico
8. Masaje con hidratación
9. Protector solar

Según tu tipo de piel nuestras técnicos te recomendarán una limpieza mensual, bimensual o, en todo caso, trimestral coincidiendo con el cambio de cada estación.